domingo, 1 de septiembre de 2013

Los antibióticos no son más efectivos para tratar el resfriado que el azúcar

Los antibióticos no son más efectivos para tratar el resfriado que el azúcar

Los antibióticos no son más efectivos para tratar el resfriado que el azúcar
Los antibióticos se recetan de forma excesiva para tratar simples resfriados. (Corbis)
El invierno trae aparejado un aumento de los resfriados y los catarros. Muchas personas lo tienen asumido y lo llevan como pueden a base de analgésicos, aguante y una buena bufanda, pero otros acuden al médico y, en muchos casos, salen de la consulta con una receta para adquirir un antibiótico. Pero, ¿son estos realmente efectivos?
Según un estudio publicado ayer en The Lancet, los antibióticos –en concreto la amoxicilina, un derivado muy común de la penicilina– no tienen apenas incidencia en la cura de los resfriados comunes y, sin embargo, traen consigo un buen número de efectos secundarios. El asunto no es baladí. Los resfriados que conllevan pequeños dolores de garganta (con infecciones del tracto respiratorio), son las dolencias más habituales de las consultas de los médicos de atención primaria y, aunque muchas de estas infecciones son de origen vírico, el uso o no de antibióticos para tratar la dolencia es un tema muy debatido entre los médicos.
Los pacientes a los que se receta amoxicilina para tratar un resfriado no se recuperan mucho más rápido ni tienen menos síntomasEl doctor Paul Little, profesor en la Universidad de Southhampton (Reino Unido), ha asegurado en la presentación del estudio, que los pacientes a los que se receta amoxicilina para tratar un resfriado no se recuperan mucho más rápido ni tienen menos síntomas. En su opinión, usar amoxicilina para tratar infecciones respiratorias en pacientes que no tienen neumonía no ayuda y podría ser peligroso: “El abuso de antibióticos, muy habitual en las consultas primarias pese a que estos sean inefectivos, puede llevar a que el paciente sufra efectos secundarios como diarrea, erupciones cutáneas y vómitos, creando además resistencia a los mismos”.
Un estudio llevado a cabo en 12 países europeos
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Little estudió la evolución de 2061 pacientes diagnosticados con pequeños infecciones del tracto respiratorio en 12 países, entre ellos España. La mitad de ellos recibieron amoxicilina, la otra mitad un placebo, de azúcar, tres veces al día durante una semana.
Tras finalizar el tratamiento, los investigadores analizaron la evolución de los pacientes y vieron que había muy poca diferencia entre uno y otro grupo, tanto en la duración de los síntomas como en su gravedad. Aunque entre los pacientes que recibieron placebo hubo más personas que experimentaron nuevos o peores síntomas (un 19,3% frente a un 15,9%), el número de personas que necesitaron tratamiento para paliar un empeoramiento de los síntomas fue mayor. Solo dos personas del grupo que recibió placebo y una de las que recibieron antibiótico tuvieron que ser hospitalizadas. Los pacientes que recibieron antibióticos tuvieron que enfrentarse, además, a peores efectos secundarios, como diarrea o nauseas, que aquellos que tomaron placebo. Un 28,7% frente a un 24%.
Para Little, la principal lección que deberíamos aprender del estudio es que la mayoría de la personas se recuperan de este tipo de resfriados sin necesidad de ayuda. Pese a esto, reconoce que hay ciertas personas que sí se benefician de los antibióticos, y sería conveniente saber identificarlas para que seamos más precisos a la hora de administrar medicamentos.

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